CORONAVIRUS Las empresas de restauración solo se resienten en las zonas turísticas isleñas

El presidente de AERO, Ramón Fariña, reclama sentido común y que se haga una vida normal, mientras Javier Cabrera, de Asocio, reconoce ya una caída en el sur de Tenerife

Nosotros estamos pendientes de la información que nos den las autoridades. Estamos siguiendo los protocolos que nos indican que tenemos que seguir. Hasta el momento, estamos tranquilos. Los casos en Canarias están muy controlados y muy aislados”. Es el resumen que hace Ramón Fariña, presidente de la Asociación de Empresarios de Restauración y Ocio (AERO), sobre la situación que vive el sector al que representa como consecuencia de los efectos del coronavirus. Ramón Fariña valora que el Gobierno de Canarias está “haciendo bien” las cosas y no hay alarma, más allá de datos muy aislados. “Nuestra asociación pertenece a CEOE y a través de ella estamos en contacto permanente con el Ejecutivo”, sostiene.

“La gente no se mueve”

“Podemos decir que no tenemos ningún problema, más allá de cómo va a afectar al turismo, porque la gente no se mueve”, apunta el presidente de AERO, quien destaca la “tranquilidad” que se respira en las Islas. Fariña pide usar “el sentido común” y “seguir haciendo una vida absolutamente normal”. En esta línea, recalca que la “mayor preocupación” que tienen ahora mismo es qué va a pasar con el turismo, y no solo en el ámbito del sector al que representa, sino también en el hotelero, en el que se ha confirmado un considerable descenso de reservas.

Precisamente, el presidente de la Asociación de Bares, Restaurantes y Discotecas de la zona sur (Asocio), Javier Cabrera, se refiere a este aspecto y aseguró que la crisis del coronavirus afecta ya al sector en esta zona de la Isla. “Lo estamos notando bastante porque hay menos clientela. Al existir menos ocupación nos tenemos que resentir”, comenta. Al respecto, asegura que hay restaurantes que ya han notado una caída del 60% en su facturación, mientras que en otros el descenso ha sido del 20%, “por lo que el tema del que hablamos es preocupante”. “Es un problema de masa crítica. Si antes había 200.000 personas diarias en la playa de Las Américas y la ocupación ha caído un 30%, pues habrá un descenso del negocio con ese porcentaje para todos”, indica.

“No entro en lo que ha sucedido en el pasado. No soy médico ni sanitario ni epidemiológico. Estamos ante una pandemia mundial en la que se ha hecho lo que se ha podido. Lo que sí digo es lo que se debería hacer en el futuro: el Gobierno de Canarias tiene que salir con unas campañas muy grandes para llenar las camas que tenemos y reactivar la economía, porque si no es así vamos a tener un paro importante”, dice Cabrera.

En este sentido, solicita al Ejecutivo regional “que sea flexible con los empresarios, que existan aplazamientos razonables a la Seguridad Social, créditos blandos o aplazamientos de IGIC”. “No digo que no paguemos, sino que nos ayuden. Sería un trato de caballeros entre nosotros para intentar mantener las plantillas en lo posible. El pasado ya es pasado. Esto iba a llegar tarde o temprano por cualquier Isla o cualquier lugar y en dos semanas esto estará en EEUU. Esto afectará a todos y a nosotros porque vivimos en una economía circular”, concluye.

Datos sobre protocolos

Por su parte, Alejandro Conrado, responsable de la Asociación de Empresarios de La Cuesta (Asecu), avanza que sus socios demandan, cada vez más, información acerca de los protocolos que deben seguir los pequeños comercios, bares y restaurantes, pues “desconocen” cómo actuar, qué medidas de protección poner en marcha y hasta cuándo podrán seguir con la puerta abierta. Un planteamiento que, según Conrado, realizan tanto por el aprovisionamiento de productos perecederos como por la propia organización del negocio. “La falta de información sobre las previsiones es lo que está echando en falta la gente”, explica.

“Estamos en un vacío y nos vamos enterando gracias a los medios de comunicación, pero lo que se escucha no es bueno”, reconoce el presidente de Asecu, quien también muestra su preocupación por las consecuencias que puede tener esta situación en el empleo. “No queremos echar nadie a la calle, pero nos gustaría que nos fueran poniendo en posibles escenarios”, abunda. “Nos la podemos estar jugando mucho cara al futuro”, añade.

EL DÍA

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