Peligran 1.500 empleos en la restauración de Tenerife

Los empresarios del sector entienden las medidas sanitarias del Gobierno canario pero reclaman una mesa de comunicación | “Necesitamos ayudas externas”, reclaman

Estamos indignados”. Así de contundente comienza el presidente de la Asociación de Empresarios de Restauración y Ocio (AERO), Ramón Fariña, su valoración sobre la incidencia de las medidas sanitarias que “anunció ayer el Gobierno sin una comunicación previa; nos enteramos igual que todos, nadie nos consultó y hoy se han hecho efectivas con su publicación en el Boletín Oficial de Canarias (BOC)”. “Y precisamente hoy, viernes, a las puertas del fin de semana; no entiendo por qué, si no iban a hacer, no lo pusieron en marcha el próximo lunes en vez de afectar al fin de semana”, apostilla el vicepresidente de AERO, Carlos Quintero, quien se pregunta: “¿Qué hacemos nosotros ahora con las mesas que teníamos reservada para esta noche (por la de ayer) y para mañana?”.

Tanto Fariña como Quintero son categóricos a la hora de asegura que las medidas adoptadas por el Gobierno de Canarias para acotar el contagio de la Covid-19 en Tenerife ponen en peligro entre 1.500 y 1.800 puestos de trabajo del sector restauración en la Isla. “Entendemos que el Ejecutivo emprenda acciones para erradicar los contagios, pero… ¿quién nos entiende a nosotros y cuáles son las medidas que va a emprender el Gobierno para evitar la destrucción de los puestos de trabajo?”.

Ramón Fariña exige al Ejecutivo la creación de la mesa de comunicación en la que se consulte y se informe de las acciones que se van de desarrollar en la lucha contra el coronavirus; en este sentido se muestra más conciliador Carlos Quintero, que reconoce que desde el Gobierno siempre que los llamamos nos atienden al día siguiente y nos facilitan la información que demandamos”. “Pero los tienes que llamar”, le puntualiza.

Los representantes de los empresarios de la restauración y el ocio dicen que desde que comenzó la mañana su teléfono no les ha parado de sonar de socios advirtiéndoles de que las medidas del Gobierno suponen la muerte para el 35 por ciento de las empresas, que ahora mismo están en una situación de concurso de acreedores. “En Canarias hay 30.000 trabajadores que están en el ERTE, de los 6.000 corresponden a la isla de Tenerife, pues los puestos de 1.500 o 1.800 corren peligro”, asegura Ramón Fariña. “Pregunta a los proveedores y podrás cuantificar a cuánto ascienden las pérdidas, son quienes mejor conocen la situación; ya la situación de nuestros compañeros en el Sur es agonizante y esto ahora es la puntilla para el restos de empresarios”.

“El Gobierno de Canarias tiene que saber que o articulan subvenciones directa o esto es la muerte del sector”, sentencia Carlos Quintero, que plantea acciones concretas, como fijar una reducción del 50% en el pago de la Seguridad Social. Fariña no oculta su desconsuelo por la forma de actuar en otros países. “Nuestro modelo es Alemania. Allí está cerrada la hostelería, pero articularon ayudas para los empresarios en función de los beneficios que obtuvieron el año pasado y les concedieron el 75% de ese cálculo en cada caso”.

Ramón Fariña: “Los contagios no surgen en la hostería, donde se han registrado el 3,5% de los contagios”

Al encuentro con Ramón Fariña y Carlos Quintero se incorpora Abbas Moujir, secretario de la Federación de Área Urbanas de Canarias (Fauca), Abbas Moujir. “Aquí el problema es que los empresarios necesitan certidumbre y se siembra la incertidumbre con medidas cortoplacistas”. Ahonda en su propuesta: “No entiendo por qué se adelanta el cierre de los establecimientos de restauración de las 00:00 horas a las 23:00, con eso lo que se consigue es que aquellas personas que salen de trabajar a las nueve de la noche no cenen fuera”, se lamenta.

“Tampoco entiendo porqué se aplica el recorte de la jornada de la misma forma para los siete días de la semana cuando de lunes a jueves no existe tanta demanda”, puntualiza el secretario de Fauca. “Lo que ocurre en realidad –interviene Fariña– es que no te atreves a cerrar por la tarde, y por eso el Gobierno toma esa medida, que en realidad lo que supone es la muerte en el negocio después de las cinco de la tarde”.

“Entendemos que el Gobierno hace prevalecer la Sanidad sobre la Economía, pero… ¿cuáles son las medidas para evitar que mueran las empresas”, se cuestiona Ramón Fariña. “Siento que voy por arenas movedizas y cuando se toman este tipo de decisiones solo consiguen que nos hundamos”. Carlos Quintero se muestra conciliador: “Entendemos las medidas para evitar contagios y sabemos la dificultad que supone para el Gobierno Canario gestionar en esta época”, a lo que le responde Fariña: “El problema de los contagios no están en el sector de la hostelería, donde solo se ha registrado un 3,5% de los casos”. Eleva el tono Carlos Quintero: “El problema de los contagios están en las fiestas privadas, que es lo que precisamente fomenta el Ejecutivo con esta decisión porque, si no me puedo ir a cenar fuera, cuando llegue a mi casa me reúno con los vecinos o mis amigos y listo”.

Bermúdez: “Si reduces el aforo, ¿qué sentido tiene adelantar el cierre por la noche?”

Los representantes empresariales plantean al Ejecutivo “medidas para ayudar a los restaurantes para dar el palo a las fiestas privadas, donde se registran la mayoría de los contagios”, cuenta Quintero. “¿Quién puede concluir que hay más contagios por cerrar a las doce de la noche que a las 23:00 horas?, se pregunta, a la vez que de nuevo rompe una lanza por el Gobierno canario al admitir que “esta administración ha sido la que más ha tardado a fijar este tipo de restricciones tan duras, y también hay que reconocer que mientras en la Península se adelantó el horario de cierre durante el confinamiento, aquí el Ejecutivo autonómico logró que esa decisión no afectara”.

Ramón Fariña se resiste. “A mí no me sale la ecuación: ¿hay más contagios desde las 23:00 horas a la media noche? ¿Y eso es rentable para poner en peligro 1.500 o 1.800 puestos de trabajo?”, y deja la pregunta en el aire.

También inciden en la decisión del Ejecutivo de recortar las reuniones de diez a seis personas; ellos lo interpretan en clave de comensales en una cena. “En realidad, lo que están impidiendo es que pueda doblar mesa”, interpreta Abbas Moujir. “Al recortar el numero de personas, ¿qué hago ahora con las reservas ahora? ¿A quién cojo y a quién no?”, se pregunta Carlos Quintero ante la atenta mirada de Ramón Fariña que se refiere al “efecto de adelantar el cierre a las 23:00 horas. La gente dejará de salir a cenar. Además, toda la hostelería de Tenerife ha cumplido la norma; no hemos acumulado denuncias a diferencia de lo que ha ocurrido con fiestas privadas o botellones en la calle”, recuerda.

“Un empresario es un policía más vigilando a la gente que va a su restaurante”, sentencia Carlos Quintero, “porque somos los primeros que no queremos tener contagios entre nuestros clientes, pero no lo han querido ver así”.

Abbas Moujir asegura que, junto a las medidas que entraron en vigor ayer, “lo peor es la coletilla final que incluyen las normas publicadas en el BOP cuando dicen que las medidas contenidas en el Decreto se podrán modular, flexibilizar y suspender. Invita a la preocupación”.

Por su parte, el alcalde de Santa Cruz, el nacionalista José Manuel Bermúdez, se mostró mostrado en contra del adelanto del cierre de los bares porque “no aporta gran cosa” y genera una gran “afección” a las empresas. “Si reduces aforo, ¿qué sentido tiene reducir el horario?”, se preguntó.

El regidor municipal aprovechó para insistir en pedir a la Consejería de Sanidad más “información fluida” sobre la evolución de la pandemia de coronavirus en el municipio para conocer en qué zonas hay más incidencia, como así han venido haciendo –dijo– desde el día 3 sin obtener noticias. Estos datos los ha reclamado para así movilizar mejor los recursos municipales y a la Policía Local.

EL DÍA

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